Que buenas cataratas!

Buenísimas!!!. Las vimos desde el lado argentino. Creo fue una buena opción, aquí se viven, Iguazí Inside. La visita es genial, desde que uno entra al parque Nacional, un pintoresco tren lo espera para tansportarlo hacia los circuitos de avistaje.

El mirador del «la garganta del diablo», el inferior y el superior, estas son las opciones, cada una con distintos niveles de dificultad pero con el mismo hermoso final, el violento fluir de las aguas para crear el espectáculo de las cataratas. Lo primero fue la Garganta del Diablo. Un espectáculo extraordinario. Entre corredores en medio de la belleza del paisaje de selva el ruido y la bruma blanca van avisando que la caída mas alevada y violenta de las cataratas esta cerca. De pronto aparece… magnífica. Muy dificil describir lo vivido. Solo puedo decir que es necesario, luego de admirar la enorme y densa caída de agua, cerrar los ojos, dejarse mojar por la bruma que tras la fuerza del continuo impacto se eleva miles de metros para dar en el rostro delas hormigas que contemplan asombradas, abrir los brazos y escuchar. Unos siesnte que la catarata habla, calma. Ya despues fotos, videos, o lo que se quiera. Primero hay que contemplar, identificar. Fotografiar también es algo complicado, un equipo antilluvias ayudaría mucho.

Luego hicimos los otros circuitos. Hermosos, necesario complemento de la Garganta del Diablo. Por el circuito inferior uno puede cruzar hacia la isla San Martín, desde donde se obtiene un vista baja de buena parte de las caídas, mientras se siembran los pies en las calmas orillas de la isla. Al final de vuelta al tren, satisfechos y agradeidos.
Me olvidaba de los datos puntuales, desde el terminal de Puerto Iguazú parten buses cada 20 minutos al parque. 5 pesos ida y vuelta. La entrada al parque cuesta 12 pesos para argentinos y 30 para extranjeros. Vivir las cataratas, no tiene precio…. ja, a lo master card.