Por la mañana llegamos a Salta «la linda». Nos recibió un buen terminal (en crecimiento y ampliación, lástima que no tengan casa decambio) y unas cuadras fuera de él, el primer paisaje de respeto, el cerro del Mirador y los teleféricos en persistente movimiento.
Por fin tendríamos una base digna, el Hotel Petit, según las indicaciones (guardadas en mi cabeza pero no en papel, error, ya he constatado que mi memoria es muy rebelde) estaba muy cerca del Teleférico, frente a la plaza San Martín. Nos pasamos la supuesta referencia, así que para no perder mas tiempo fui a pedirle ayuda a una cabina de internet (la mas cercana estaba a cuadras, poco, pero con bultos!!!). Resultó que el hotel estaba frente a nuestras narices…
Nos recibió Enrique, administrador del Hotel. My amable y cortés. Nos llenó de referencias sobre Salta y alrededores. Teníamos una central de información turística en casa!. Nos instalamos y luego de echarle agua y jabón al cansancio acumulado, salimos a caminar y fotografiar la ciudad. No dimos ni dos pasos, y la primer vista para peremnizar estaba sobre nuestras cabezas. las cabinas aéreas del teleférico pasan exactamente encima del hotel. Un movimienro constante, que se convierte en parte del panorama (las 24 horas del día, el teleférico no para). desde las cabinas saludos, sonrisas y flashes respondían a la dedicación de nuestros lentes.
