Si hay algo que me encanta de la madera es su acústica, ese sentimiento orgánico lleno de calidez que puede transmitir. El aroma de la leña, el sonido de una guitarra de pino o maple. Las cabañas gustan tanto porque estan permeadas de esa sensación que pocos pueden describir. Se trata de microporos por donde pasaba la vida de un árbol, donde habitaban insectos; el hogar de aves y extremos donde crecían flores. Cualquier lugar que este llena de madera se puede convertir con facilidad en una profunda sensación, una increíble foto o un espacio que muchos quisiéramos llamar hogar.
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