En la faja 16, camino a Cunco, uno debe tomar el desvío hacia el hospedaje campestre de Adela y Helmut. Llegamos en bus rural, en una hora aprx. El pasaje no alcanza el dolar. El trasporte, para ser servicio rural es muy cómodo y veloz.
De vez en cuando la torpeza se alía a la confianza y nos llevan a tomar pocas precauciones para organizar bien las llegadas. Debimos haber llamado a Helmut antes de partir para que nos recogiera en la entrada de la faja 16. Así nos hubieramos evitado 5 km de caminata empinada con mochilones encima, lluvia explosiva y sol abrazador sobre nuestras cabezas. Pero bueno, fue parte de la aventura. Caminamos sobre el lodo un tramo, con lluvia, otro sudando bajo el sol.
Al final un trayecto que en auto se hace en 10 minutos lo hicimos en casi dos horas. Llegamos donde Helmut con mucho hambre y más cansancio. Pero igual creemos que unos minutos a través de la ventana no se pueden comparar con el caminar entre el bosque sudando con cada detalle que el lento paso le brinda a la mirada. Ni bien llegados, Adela nos recargo las baterías con un sabroso y contundente plato de tallarines con carne y una salsa de nombre extraño y gran sabor.
ES UN HERMOSO LUGAR TENGO UN TIO QUE VIVE EN LA FAJA 18000 Y CONOZCO TODO CUNCO ES CHIQUITO