Mar del Plata… en el campo.

Unos días de playa, aunque fuera con el sol en retirada, nos servirían para dar el contraste con la ciudad. Eso pensamos inicialmente, pero al final de playa tuvimos poco. En Mar del Plata nos esperaban las chicas Hendryckx (descártese cualquier parentesco con Jimy el grone del rock) en su casa quinta o casa de campo hacia la Sierra de los Padres, muy bonito lugar con aguas puras y paisajes de descanso. A 45 minutos en colectivo en el Km 19 de ruta a la Sierra, nos eperaban ellas, la rubia y la morocha, Vanessa y Valeria. Las sombras de la noche (llegamos en bus, 32 pesos y malo, debía hacer 5 horas y hizo 8) cubrían sus rostros y la luna sobre el despejadisimo cielo contorneba sus siluetas. El encuentro era animado por el misterio de no conocernos en persona…, el ambiente perfecto, noche, luna y estrellas… hasta que se escuchó: che boludo, quien sos forro!, Manolo, Nelson? Ese fue el inicio de 4 días de jerga argentina y divertidísimos momentos, mucho mate, mucho ocio, monomario y más mate. Graciosísimas nuestras amigas. Vanessa y jessica, son medio peruanas, medio belgas pero con documento y vida argentina. Su mamá, la señora Julia dejó el Perú hace ya varios años enamorada de un intrépido marinero belga para casarse y asentarse finalmente en Mar del Plata. Estuvo muy feliz, y nosotros más, de recibirnos en su casa y conversar sobre el terruño.
repito, fueron días de ocio pero un ocio muy bien aprovechado. Vino, mucho mate y caminatas por la Sierra de los Padres. Hay algo que tiene el mate que relaja tanto que se puede pasar horas conversando mientras se ingieren 100 litros de yerba amarga. Un lugar turístico aquí, la gruta de los pañuelos,en donde feligreses con el paso de los años han creado rumas y rumas de pañuelos, todos amarrados entre si en símbolo de afecto y petición religiosa. Dicen que tiempo atras una mujer tras pedir por su salud se curo milagrosamente, luego de haber dejado un pañuelo en el lugar.

Esta parte de Mar del Plata es muy tranquila. Campos, vacas y colinas se suceden entre grandes terrenos de casas quintas. La gente de la zona se conoce toda y esto hace que la cordialidad sea hábito. En la zona hay una fabrica de frutilla (fresa), que procesa el producto para exportación. Mucha de la gente joven que conocimos trabaja allí. Pagaban bien y el trabajo nada dificil aunque si aburrido.
No podíamos dejar de hacerle honor al nombre de la ciudad, fuimos a la playa. A mi me gusta la playa en general, así que dar una opinión neutral, dificil. Seré puntual entonces. La ciudad, moderna y bastante bonita, sobre todo las zonas residenciales. Uno camina por las calles y comercios y de golpe aparece la playa. En verano nos cuentan que por aqui no se puede caminar. Una persona por cada grano de arena…. me imagino que el calor es mas caluroso en estas condiciones. Yo prefiero la playa como la vi, con poquísima gente. Playa larga, arena fina y poco oleaje. Lo más fabuloso, para un sudamericano acostumbrado a mares del pacífico, fue ver el sol ocultarse entre los edificios, un sunset sobre la ciudad. Ventanas rojas, calles coloreadas. Raro para mi, bello como todo ocaso.

En casa de los Hendryckx mas que alojamiento nos dieron afecto, mucha amistad y buenísimos ratos de familia. Cada día estoy más seguro que la gente argentina se siente bien haciendo sentir bien. El peruano es una persona también muy cálida y afectuosa. De una mezcla tal, solo podíamos esperar lo mejor.
Mil saludos y dos mil gracias para La señora Julia, Vanessa, Jessica, también para Valeria, La «Negrua», «viborita» y Damian.
Estoy seguro que nos volveremos a encontrar.

Ya habíamos entrado a Buenos Aires en por el aire, tierra también… ahora variariamos, 6 horas de tren, adormecidos por la cadencia de la musica sobre los rieles. Bonito y barato, el tren tan solo 22 pesos. Mas barato que el bus, y obvio, mejor.