Machu Picchu se ha consagrado como uno de los más prominentes destinos del Perú, de Sudamérica y del Mundo.
Si nunca has estado allí, tienes que imaginar la belleza de elevados picos andinos cubiertos de vegetación… justo en el filo en el que limitan los andes y la selva. En las alturas, penetrando las nubes, existe el más fértil emblema de la unión entre el cielo y la tierra: Un cerro llamado Huayna Picchu se entierra entre las nubes y se baña del esplendoroso sol que siempre alumbra la ciudadela. Justo allí, en medio de esa unión se encuentra la ciudad de cristal; Machu Picchu.
Ésta ciudadela Incaica fué «descubierta» para el mundo occidental por Hiram Bingham en 1911. Lo de «descubierto» evidentemente se trata de un eufemismo pues los indígenas que lo llevaron hasta la ciudad se sabían el camino de memoria. Machu Picchu fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983.Desde 1981 se declaró como Santuario Histórico, que incluyen no solamente la parte arqueológica, sino también la flora, fauna y sus paisajes, destacando la abundante presencia de orquídeas.
La ciudadela de Machu Picchu es también conocida como la Ciudad Cristal debido a que en la composición de todas las rocas con las que está construída se puede aprenciar la abundante exitencia de Cuarzo. Ésto explica lógicamente la fantástica energía que sienten sus visitantes al llegar al recinto.
El Cuarzo tiene la propiedad de reforzar nuestro campo magnético así como de absorber todas las energías negativas y radiaciones nocivas. El cristal de cuarzo estimulado mecánicamente genera una electricidad denominada piezoelectricidad. De allí que se utilice en la construcción de relojes.
Personalmente sugiero a los visitantes que se pongan como meta ascender a la cima del Huayna Picchu, ya que es un gran privilegio poder admirar todo el panorama desde la cumbre del cerro más alto de este santuario. Al menos ésto fué lo que yo hice.
