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Por las calles, comidas y pelos.

Un buen lugar para observar la vida de los salteños son los peatonales cerca de la plaza central, 9 de Julio. Desde el peatonal Florida, negocios, comida rápida, tiendas y ropa, marchas diarias, caminar apresurado y calmo, jóvenes y ancianos, pedilones y cantantes y dos mochileros truchos, una radiografía de la ciudad actual.
Tanto miramos que quisimos copiarnos de la moda salteña. Iluminaciones capilares y rayitos rubios. Este servidor compró un pomo de agua oxigenada, con el que su compañero estilista decoraría sus cabellos. Eso fue el día anterior. Ahora andaba amargo y con un mechón blanquirrirubio huachafísimo. AJ!. Había que exterminar la estupidez. la oferta es proporcional a la demanda, y en la ciudad abundan peluquerías y estilistas. Así que por 4 pesitos, en una escuela de peluquería, me arreglarían la burrada.

Pasado el peculiar episodio pienso, lo que hace el aburrimiento.
Ademas de esteticas y similares, comida rápida a muy buenos precios. Nuestros desayunos fueron largos panchos y buenos jugos, engordaban la barriga sin adelgazar los bolsillos.
Algo muy recomendable para ver es la Plaza Guemes, con un gran monumento erigido a este Mariscal parte de la historia heroica de la ciudad. Comida típica… los tamales no me gustaron mucho, pero las empanadas buenisimas, eso sí, prueben unas buenas, las de «Doña Salta», muy cerca de la catedral San Francisco.

calles de salta

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