Estos problemas de bloqueos y protestas que vive el país malogran cualquier agenda viajera. Ir a La paz, nuestro siguiente punto, aún es muy dificil. Allí los animos nadan caldeados y el transporte es muy dificultoso, transbordos y caminatas, cupos, sudor y polvo son las alternativas. Hemos hecho bien en alejarnos un poco del mundanal y viajar a Villa Tunari.
A 4 horas de Cochabamba(10 bolv) en el Trópico amazónico de la región, el primer poblado interesante es Villa Tunari. Verde total, simpaticos restaurantes al pie de la carretera y muchos hospedajes y hoteles. Se nota que la Unión Europea colabora con el lugar incentivando proyectos turísticos. Es más, a diferencia de Cochabamba, aquí si se ve turístas con mochilones. el calor es intenso, como el cielo y la vegetación. Las calles empedradas embellecen el andar. Frescas comidas desde 1 dolar, hasta el gran paiche directo de los ríos cercanos, por 3 dólares (el plato más caro!!!…).
El lugar es muy bonito, y lo mejor, tranquilo. Andar con un short y sandalias el lo común, y obligatorio, si no el calor te mata. Remera, opcional. El lugar es muy relajante. Ayer caminando sin rumbo llegamos, a pocas cuadras del alojamiento (20 boliv-2,5 dólares, muy bonito y amplio, con cabañitas y espacios abiertos) llegamos al río Espíritu santo. No resistí la tentación y un largo chapuzón fue mi bautizo. Mañana conoceré «la Jungal», a poco tiempo del pueblo, aguas más vírgenes y playas blancas de río, nos cuentan. Ojala logre fotografiarme abrazando a un mono. Por acá abundan.
