Diario de rutaPeru - Ica

Buen inicio! Ica nos da su calor

Han pasado recién dos días desde nuestro alejamiento del sedentarismo y la vida material. Quedé en contar los días previos, mi despedida entre amigos, mis reuniones de último minuto y mi pelea con la mochila a la que luego de golpes pude dominar.

Pero al momento, lo que me nace por contar son los detalles de estos dos días de corta ruta pues han sido muy intensos. Si este es el preludio de lo que vendrá mi emoción por continuar el camino va en aumento.

Llegamos a La ciudad de Ica, a 4 horas en bus desde Lima, a las 2.30 pm del día 28. Compras veloces, pastillas para la garganta de Nelson, jaboncito, pasta de dientes y shampoo en cantidades de bolsillo. De almuerzo un mediano pote de ensalada de frutas, buen precio y muchas calorías. Estoy iniciando una rutina alimenticia sana, espero no me cueste mucho dejar en el pasado mis 2 bolsas de papas Lay´s y mis sanguchones de mayonesa con carne.

Frutas en la barriga y rumbo a Huacachina, a 10 minutos de la ciudad. Huacachina es un oasis. Rodeado de altas dunas se encuentra esta simpática laguna.
Alrededor de sus mansas aguas el viajero se encuentra con muy buena infraestructura y. completos servicios. Salvo la ausencia de internet, todo lo que un turista independiente espera esta al alcance.

Es un punto preferido por mochileros de diversas partes del mundo. Nosotros pudimos encontrar muchos europeos y norteamericanos. Sudamericanos pocos. Por lo general los mochileros que llegan por acá no tienen como lengua materna al castellano. En su mayoría son jóvenes que siguen el circuito Paracas – Huacachina – Nasca, todos ellos puntos del departamento de Ica.

Hay de todo, pero en su mayoría los hospedajes apuntan a un público mochilero. Nosotros nos quedamos en Hospedaje “Casa de Arena?, un sitio muy agradable, no solo por la hospitalidad de su dueño, Manuel, si no porque además de ser el lugar preferido por la mayoría de mochileros que llegan al oasis, posee también la mayor cantidad de carros areneros o “boggies? para cruzar en total adrenalina el desierto.

Pasamos la noche aquí. Un corto ida y vuelta a la ciudad de Ica para comer un sustancioso chifa y a dormir en Huacachina.

Al día siguiente, presurosos por continuar la ruta, alistamos las mochilas y fuimos a agradecer la hospitalidad de Manuel. Nos propuso quedarnos un rato más a experimentar el paseo en areneros que cruzan las dunas cuando el sol deja de arreciar, a eso de las 4 a 5 pm.
Nos imaginábamos un tranquilo tour por el majestuoso desierto iqueño. Desde el arranque vimos que lo que se venía era diferente. Éramos 9 pasajeros por arenero. El conductor de nuestro Boggie, Martín, resulto ser el más “bravo»? del grupo de 3 autos. Saltos, dobleces, piruetas y voladas sobre las dunas a más de 100 kmph eran clara evidencia de que esto no era solo un paseo!.
Imagínense una montaña rusa, quítenle la seguridad de las vías y agréguenle la belleza de un paisaje desértico rodeado de altas dunas de hasta 100 metros de alto y el medio de un sunset majestuoso. Las únicas paradas entre salto y salto no fueron para darnos un descanso sino para continuar con la adrenalina, bajando inclinadas dunas en sandboard. Por mis años de adolescente skater, pensé tener la capacidad de dominar esta tabla sin rueditas, pero los continuos golpes y rebotes con mi cráneo en la arena me obligaron a mantener la modestia y me impulsan a seguir aprendiendo. Al menos una de las tantas bajadas me salió bien y justo en ella perdí mis lentes de sol. Esos fieles lenteojos estuvieron conmigo por 5 años(snif). El viento y la arena se los llevaron… bueno, lo tomó como una ofrenda a la “pachamama?. Todo el periplo bien vale la pena un pequeño extravío.

Con el sol ocultándose regresamos y con muchas fotos en la cámara(vean nuestra galería), regresamos a “Casa de Arena? con más arena. Manuel debió ponerle este nombre a su hotel por que cada visitante le dejaba medio kilo en la puerta.
Orejas, nariz, ombligo, orificios afines y OJOS llenos de arena. Aún ahora que escribo, veo la pantalla con unos resistentes granos que se pasean delante mío. Raspan los malvados!.

Mochila al hombro, apretón de manos la despedida de Huacachina y de nuevo en la ruta.
Llegamos a Nasca, ciudad de las majestuosas líneas a las 11 pm. El viaje duro 2 horas en bus. Aquí, nos esperaban en el Hotel Hacienda Cantayo.

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3 comentarios

  1. Felicitaciones amigos, sigan divirtiendose y dandonos envidia con su viaje y aventura (en buena onda), ojala pronto pueda dejar eso que ustedes han tenido que dejar para poder ser..
    Sus «bitácoras» me ayudarán mucho cuando yo también sea un mochilero..

  2. te acuerdas cuanto les costo la habitacion en ica? estoy planeando un fin de semana alla prontito

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