Bangkok es el gran portal de entrada al Sudeste Asiático. Una maravillosa ciudad vibrante con inagotables manifestaciones de vida y cultura mezcladas entre colores, luces, sabores y aromas.
Abandono las costas de Abu Dabi para cruzar el Oceáno en busca de la capital Tailandesa. Seis horas después de un turbulento vuelo el cielo se despeja para permitir mi llegada a salvo.
Mientras mi avión aterriza sobre esa alfombra oscura de diamantes que brillan en la oscuridad se me presenta una fuerte emoción llena de expectativas y aventuras.
Estoy perdido, otra vez, en un ciudad nueva donde veo gente distinta y todo tiene sabor a nuevo. Aunque siento que le debo un largo descanso a mi cuerpo no puedo evitar la tentación de darle una primera mirada a la calle, aunque sea breve. Mis primeras visiones corroboran que no estoy soñando, he llegado a Tailandia.
Luego de un largo viaje mi primer hospedaje es en Silom, un céntrico y popular barrio de la ciudad. Allí escogí Lub d, un hospedaje para mochileros con un ambiente inmejorable. Creo que nunca vi un hostel económico con tanta tecnología y atención personalizada para mochileros. Tenía tarjetas electrónicas de la puerta, el servicio de wi fi y cable, decoración industrial de sus locales, impecable limpieza, caja fuerte en la habitación, lockers, el desayuno incluido, guitarras, salas de entretenimiento, computadoras, servicio de información y finalmente las fiestas que arman los fines de semana. De cualquier manera siempre hay un enfoque que deja contento a todo tipo de visitante.
En mi caso solo necesitaba una buena cama y ducha, pero el servicio sobrepasó mis humildes expectativas.
Bangkok es una ciudad muy competitiva y recibe tanto turismo que sus servicios no pueden permitirse ser malos. A esto hay que sumarle que es una ciudad tremendamente barata considerando los precios internacionales. Los costos son relativamente similares a países como Perú, Bolivia o Ecuador en Latinoamérica. En general, Tailandia es un lugar repleto de experiencias culturales, de placer y entretenimiento.
Viajar en Skytrain es casi obligatorio puesto que el tráfico es uno de los más concurridos del mundo. Por suerte los sistemas están perfectamente señalizados en Inglés además de Thai. Es sumamente fácil no como otras ciudades que tienen bastante enredada y confusa la información de trenes y tranvías sumando además innecesarios controladores. Como mencioné se nota que la ciudad esta bastante preparada para el turismo.
Perderse en la vida urbana y caminar por el Barrio Chino, KhaoSan road, explorar los templos y navegar el ría Chao Praya son actividades que todo viajero terminará experimentando de algún modo en su visita a Bangkok. Pero lo que a mi me llamaba la atención era aquello que no salía en las guías ni en los blogs.
La ciudad también es bastante conocida por las películas que aquí se han rodado, casi siempre dándole una imagen de urbe tumultuosa y llena de sorpresas. De hecho, la película The Hangover II se filmó en el Hotel Lebua donde tuve la suerte de ser invitado a conocer las instalaciones y pasar un par de noches inolvidables. Aun si no te vas a hospedar en el hotel, es parte de la experiencia de Bangkok subir al famoso Sirocco y conocer el Sky Bar en el piso 63 de este majestuoso hotel. Beber un trago mirando este impactante panorama en uno de los edificios más altos de de la ciudad es algo que cualquiera sin amplio presupuesto puede permitirse y sin duda la experiencia quedará fundida en la memoria.
Otra película bastante conocida fue The Beach (2002), filmada entre Bangkok y Ko Phi Phi. Luego de esa película la pequeña islita reventó de turistas. Durante el rodaje se modificó bastante el aspecto natural de la playa para hacerla ver más paradisiaca, pero el tsunami del 2004 se encargó de devolverle su estado natural.
Si hay algo que no podré olvidar de Bangkok es el rio Chao Praya. Este baña gran parte de la ciudad y se abre paso por pequeños canales alternos que permiten una nueva forma de movilidad urbana. Gracias a esto Bangkok tiene también el seudónimo de la «Venecia Asiática«. Al margen de las comparaciones ciertamente Bangkok no sería Bangkok sin este río.
Al margen de este gran canal se encuentra uno de los más famosos y rankeados hoteles de la ciudad: El Shangri-La, una inmensa y majestuosa edificación que ofrece una magnífica vista del río y la ciudad. Los servicios son una exquisites de primer nivel y el interior de sus salones tiene una decoración maravillosa por donde se mire. La piscina esta inmediatemente al lado del río ofreciendo una vista relajante de las pequeñas embarcaciones flotantes. En este lugar se han alojado una gran cantidad de famosos y estrellas como Michael Jackson y Nelson Mochilero. :) Si, tuve el placer de estar unas cuantas noches viviendo en carne propia el glamour que mi billetera nunca podría permitirme y es que alguien en el mundo tiene la tarea de testear los hoteles. Contrario a la formalidad que se espera de un lugar así, conocí gente sinceramente amable, personas que llevaban la hospitalidad en su naturaleza y pude hacer varios nuevos amigos.
Lo cierto y asombroso es que con la gran competencia que existe en Bangkok y con los precios asiáticos, quedarse en el Shangri La no es tan inalcanzable como la mayoría de los cinco estrellas alrededor del mundo y se encuentran habitaciones por poco más de doscientos euros. Precios cuatro veces mayores he visto en Machu Picchu.
En Bangkok, y en general en Tailandia, hay tantos negocios de masajes como bares en República Checa, o como kioskos de periódicos en Buenos Aires, o como pollerías en Lima… es decir, muchos. Cada cultura siempre tiene mucho de algo que adora. No fue posible evitar repetir una vez de probar los masajes en Tailandia. Son realmente una dosis de relajación profunda. Todas las personas que me atendieron fueron muy profesionales en su técnica, y es que Wat Pho es un templo reconocido mundialmente por ser además una de las más resaltantes escuelas de masaje; allí mismo, en Bangkok.
La comida Tailandesa fue un bufet de sabores que nunca se agotaba. A pesar de las delicias probadas tanto en hoteles de lujo como en puestos callejeros, a veces sentía que debía descansar un poco del condimento intenso. Y que mejor que las frutas tailandesas. Increíbles sabores dulces y exóticos que me hicieron recordar tanto a latinoamérica, a los refrescantes jugos del Ecuador o los inagotables recursos frutales de la selva peruana. Pero Tailandia es Tailandia, se puede comparar pero no copiar. El Durian es la fruta bandera de Tailandia, algo difícil de describir pero es una especie de monstruo frutal gigante de sabor intenso medio dulce con salado y olor a sudor. o_0
Conseguir fruta es relativamente fácil en cualquier parte, y los jugos helados naturales son una bendición que se encuentra en cada esquina con el calor que hace en Bangkok.
Pero si alguien sabe de «comer» es mi amigo Mark Wiens, especialista en Tailandia quien escribió una excelente guía sobre todas las cosas que pueden hacerse en Bangkok. La guía está en inglés pero por lo general eso no es un problema para un viajero que viaja hasta Tailandia. Direcciones, referencias, precios, atracciones, rincones secretos. Vale la pena llevarse una económica copia digital antes de comprar un pesado libro para el viaje . Después de haberla leído puedo decir que lo tiene todo. No solo debería servirte como referencia de cosas que hay que hacer en Bangkok sino también para enterarte de rincones y actividades que de otro modo sería una lástima que te perdieras. Puedes conseguirla aquí: 101 Cosas para hacer en Bangkok
Bangkok es una ciudad moderna, llena de altos edificios, exótica, vibrante… y calurosa. Cada vez que salía a la calle aguantaba la respiración y sentía como me sumergía en una atmósfera caliente y húmeda. Quizá se podrían ver el triple de cosas en un día si no fuera por el calor y por el tráfico. Lo cierto es que hay que saber moverse y para eso existen las embarcaciones del río, los tuk tuk, los taxis y el Skytrain. Bangkok tiene una gran vida nocturna, y es conocida por ser un lugar de compras excelente.
La verdad no imaginé escribir algo sobre «un lugar de compras», y nunca tuve la intención de ir a mirar centros comerciales. Pero allá de alguna manera los productos te miran y te dicen «llévame, estoy más barato que en cualquier parte del mundo. Si me dejas nunca me verás otra vez». Y aunque no soy para nada consumista se me presentaron cosas que realmente necesitaba como accesorios para cámara y otros de mucha utilidad para seguir viajando a precios ridículos. Si estas planeando ir a Bangkok y tienes cosas por renovar, entonces espérate y hazlo allá, y de ser posible deja tu equipaje en casa y compratelo en Bangkok. Algunos de los centros más famosos son el MBK, Central World, Siam Paragon y Pantip Plaza. E imperdible, el Chatuchak market, una especie de mercado de pulgas de los más famosos del mundo y el más grande de Tailandia. Te puedes encontrar con sorpresas tanto en un centro comercial como en una carretilla callejera.
Bangkok es un destino por donde pasan todos los mochileros que atraviesan el Sudeste Asiático, se encuentran en lugares como Silom, los alrededores de Siam Square, Sukhumvit o la famosa calle KhaoSan. Y es que es un destino fascinante que lo tiene casi todo con los precios más bajos del turismo mundial.
Tengo mucho más para contar y podría extenderme sin final. Los maravillosos templos, los mercados flotantes, la comida callejera y las exoticidades de Tailandia son capítulos que iré compartiendo, en especial en los próximos videos de mochileros.org
Por ahora todo lo que puedo agregar es que Bangkok estuvo más allá de mi imaginación.
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