Qué estoy pensando

No a la espontaneidad

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La espontaneidad es perfecta cuando todo esta bajo control, de otro modo puede ser un lastre. La mayoría de personas no lo entiende así, sino que usa la  palabra como un cliché para evitar hacer todo aquello que requiera planificación.

La espontaneidad de la vida diaria (y la viajera) está muchas veces limitada por los gastos, el clima, la hora, la compañía, el lugar donde uno este y muchos otros parámetros. No es una espontaneidad libre. Ser verdaderamente espontáneo sería válido si pudieras hacer TODO lo que venga a tu mente, ilimitadamente.

Cuando la gente parametrada quiere ser espontánea está condenada a ser repetitiva. La  espontaneidad poco creativa los empuja a hacer lo que sus primigenios instintos le obligan y a satisfacer los mismos caprichos que forman parte de su personalidad. (A comer lo mismo, a ver lo mismo, escuchar lo mismo, leer lo mismo e ir al mismo lugar de siempre).

¿No sería más espontáneo e inesperado hacer todo aquello a lo que uno no esta acostumbrado?

Pero «ser espontáneo» para algunos se traduce como hacer lo más simplón, cómodo e inmediato sin reflexión ni esfuerzo de por medio. Por ende a repetir el plato y actuar de manera desorganizada.

Espontáneo se llama aquel que hace compras impulsivas con su tarjeta de crédito o el  que va a un lugar al que no tenía ganas solo porque todos iban, por poner un par de ejemplos.

Para aprovechar los verdaderos beneficios de la espontaneidad uno debe ser muy libre, muy creativo y poco limitado.

Si estas en un entorno que te permite ser libre entonces puedes ser espóntáneo.

 

¿Que es lo bueno de no ser espontáneo? (hablando de la falsa espontaneidad)

Aplicando esto a los viajes una persona no espontánea puede:

  • Organizar sus metas y prometerse un viaje cada cierto tiempo.
  • Disciplinarse a ahorrar y no hacer gastos impulsivos e innecesarios.
  • Presionarse a hacer algo que usualmente no haría una vez a la semana y descubrir más de si mismo.
  • Planificar sus viajes de manera coordinada para poder aprovechar los días, el clima y los recursos.
  • Crear una ruta, ajustar el itinerario, hacer tiempo para ver amigos, y finalmente planes más grandes.

En conclusión, la antiespontaneidad moderada :) (patente pendiente) hace que en vez de pequeños caprichos impulsivos premiemos nuestra planificación con viajes más largos, proyectos más duraderos, y hagamos de todo lo que nos gusta «un estilo de vida» en vez de un pequeño disfraz de fin de semana.

El compromiso con nuestras metas siempre nos permitirá acercarnos a lo que realmente queremos en vez de distraernos con pequeños placebos.

Y justo alli, estando en medio del sueño alcanzado … podremos ser auténticamente espontáneos.

 

Nelson Mochilero

Creador de mochileros.org y la ruta Sudamérica Austral. Blogger de viajes pionero en Latinoamérica, ganador al mejor blog personal y mejor blog de viajes. Puedes leer más aquí. Ahora en Youtube y en estas redes sociales:

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