A unos minutos de la ciudad de Oxapampa queda la comunidad nativa de Tsachopén. Hay que decir la verdad, hoy en dia no es tan nativa y autóctona sino que más bien se trata de una feria (preguntar que días esta abierta la feria) donde se venden souvenirs y artesanías de la zona. Aunque aún quedan pobladores que guardan restos de su cultura nativa, se trata mas que nada de un pequeño poblado que basa la mayor parte de su economía en la venta de obras artesanales.
A unos metros antes de llegar a la comunidad encontramos un letrero que decia Arte en Madera, y desviaba por un sendero hacia la izquierda del camino de ida. Fue allí donde conocimos a Atilio Gonzáles, un escultor que trabaja la madera con un estilo digno de reconocer.
También nos invitó una deliciosa muestra de miel orgánica y vimos que tenía algunas exóticas orquídeas a la venta. Este tipo de flores son muy buscadas por coleccionistas y botánicos especializados en el tema. En algunos países se pagan millonarias sumas por específicas razas de orquídeas. Digamos que son algo así como el Rolls Royce de las flores.
Es por eso que cerca de Tsachopén existe un vivero de orquídeas considerado atractivo turístico de la zona…
Lo que me llevo filosofando medio camino sobre la pregunta: «¿Qué es turístico?». En fin , cunado llegamos a dicho vivero no habían orquídeas, pero si gente tomándose fotos contra las rejillas de metal donde supuestamente hubieran estado las flores. (????)
Luego de esta visita a Tsachopén dimos media vuelta con destino a Chontabamba. Previa llenada del tanque de gasolina avanzamos por el dificultoso camino sobre el que a duras penas giraban las llantas del mototaxi. En más de una ocasión hubo que empujar para ayudar al vehículo.