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Cómo alcanzar la felicidad

Nelson Mochilero - mochileros.org

Sin importar quienes seamos ni de dónde venimos, todos en algún momento de la vida hemos conocido la felicidad. Aristóteles decía que era el fin supremo del hombre.

Todos buscamos estar suspendidos en ese estado que es más bien parecido a volar: Ningún ser vivo puede mantenerse toda su vida en vuelo. De cuando en cuando hay que aterrizar.

Si nos ponemos a pensar, alcanzar la felicidad es parecido a andar de cacería, a perseguirla, a hacer cosas para que la felicidad llegue hacia nosotros. Todo el tiempo estamos tratando de hacer cosas para ser felices, aunque las cosas que hagamos para alcanzar la felicidad no siempre sean tan buenas.

Nublamos todo nuestro pensamiento, atravesamos calladamente cualquier sacrificio y nos consolamos con la idea de que cuando la felicidad llegue todo lo que hicimos habrá valido la pena.

A veces “pagamos” nuestra felicidad olvidando el hecho de que la hubiéramos podido conseguir gratis, pero bien se sabe que la condición humana persigue el sufrimiento y disfruta más de aquellas cosas que consigue con esfuerzo.

Cuando se lucha por alcanzar la felicidad y se consigue, ciertamente se disfruta más. Pero existe también la posibilidad de que ese esfuerzo no brinde los frutos esperados. Existe la posibilidad de que ese esfuerzo se vaya acumulando, se convierta en martirio y el objeto de nuestra felicidad se vea cada vez más lejos.

La desesperación puede hacer que la obsesión por el objeto de la felicidad cause depresión ante su ausencia.

Sin embargo, existe una manera más segura de alcanzar la plenitud…

Y esto lo aprendí no solo de grandes maestros sino de muchas experiencias, mías y ajenas al punto de que evidentemente el mecanismo queda libre de toda complicación lógica, pero aumenta su dificultad en ejecución. Si hay una cosa que aprecio más de todas las cosas que he aprendido en mi vida es esta.

La felicidad también se puede alcanzar en el sentido opuesto a la persecución obsesiva de “cosas que te hacen feliz”. Cuando puedes ser capaz de educarte para abandonar el materialismo, para afrontar las pérdidas, para contemplar en mundo y para eliminar las falsas “necesidades” puedes estar más cerca de la paz. Dejar que la vida fluya y fluir con ella, y en especial, “no aferrarse”, porque nada es eterno y nada nos llevamos de este mundo.

Con esa visión podemos andar muchos kilómetros por la vida apreciando cada pequeño detalle de lo que nos rodea y viendo la grandeza en él. De otro modo estaremos en el sube y baja de la felicidad, disfrutando su llegada pero sufriendo su partida. Es totalmente válido vivir de esa manera, pero implica muchas cosas que cada uno debería evaluar en su propia vida.

Todos somos diferentes, y cada uno hace su camino según sus propias necesidades, sin embargo a veces por ignorancia uno puede quedarse atascado dando vueltas en círculos preguntándose ¿Por qué no soy feliz si hago todo lo que se supone que debería estar haciendo?

Con esta información, eres libre de elegir y seguir tu camino.

mochileros.org - colonia del sacramento

Nelson Mochilero

Creador de mochileros.org y la ruta Sudamérica Austral. Blogger de viajes pionero en Latinoamérica, ganador al mejor blog personal y mejor blog de viajes. Puedes leer más aquí. Ahora en Youtube y en estas redes sociales:

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4 comentarios

  1. Comprendo totalmente lo que este mensaje quiere decir. Es verdad que cuadno uno persigue una felicidad (y padece de muchos sufrimientos y sacrificios), ignora las cosas buenas que estan sucediendo a su alrededor y no las puede disfrutar.
    Mi problema es que la felicidad que busco no es material, sino es llegar a una persona. Una persona que yo ya conoci, ya esta decidido, pero es la distancia y la falta en lo economico para estar cerca de esa persona. Por ello persigo sin cesar el sueño de estar a su lado, y es todo lo que en este momento deseo.
    Despues de eso yo se que podre vivir tranquilo el dia a dia, dandome una meta, pero no estar triste porque no lo consegui ese dia.

  2. La felicidad es un estado de la mente y, como tal, surge de la mente y no de lo externo. Las cosas no tienen valor en sí mismas, nosotros a través de nuestras mentes les damos valor a ellas. Por lo tanto, se es más feliz concentrándose en la mente misma que esperando a que el exterior esté tal como deseamos. Los logros y las metas no producen satisfacción, en realidad es la emoción que creamos cuando pensamos que hemos alcanzado algo luego de haberlo deseado, pero al final eso es tan solo el producto de un imaginario. Quien domine su pensamiento y controle sus emociones alcanzará estados de satisfacción mucho más altos que quien busca que lo externo esté tal cual como ha imaginado.

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