PerúPozuzoSelva Central

La colonia pozucina

Luego de tres horas y media atravezando ríos y precipicios verdes desde Oxapampa llegamos a la entrada de Pozuzo, pasando Prusia (parte sur e izquierda del río Huancabamba donde viven los prusianos) y fué relamente impresionante encontrar este pueblo pequeño y conservado con tanto cariño en medio de cerros que lo ocultaban.

Cuando llegué casi todas las calles estaban vacías. La gente parece no salir mucho durante las horas de sol pesado, y al caer la tarde empieza a haber más movimiento en las calles.
La única caseta de información turística estaba cerrada, al igual que el museo Schafferer.

Caminé admirado por la belleza de la ciudad a pesar del hambre que tenía. Tomé unas cuantas fotos de las calles y del cementerio de los colonos ubicado al costado del museo y luego fuí a almorzar a un conocido restaurante de la ciudad llamado El Típico Pozucino.
Recomiendo encarecidamente almorzar en este lugar ya que ofrece platos exquisitos con influencia de la cocina tirolesa. El jugo de «naranjito» (que no es naranja) fue una grata experiencia para mi paladar asi como las salchichas y el spaghetti con gulasch de ternera (una especie de pasta con salsa pomarola y pedazos de carne en cuadritos)

Su dueño, Andrés Egg Gstir atiende de manera personal y cordial a todos sus visitantes y fué el primero en guiarme un poco sobre el lugar y los alrededores. Preguntándole sobre las actividades económicas y el estilo de vida que llevaban los pozucinos fui poco a poco armando mi panorama sobre la situación actual de la colonia.

Por la tarde hice una larga caminata que me llevó saliendo de la Colonia a los barrios de Esmeralda y Montefuner que se encuentran cerca. Es una agradable experiencia la de poder caminar al margen del río donde se pueden encontrar pequeñas playas para descansar, bañarse y meditar.

Doblando a la derecha justo en el cartel que indica la llegada a
Montefuner se encuentra esta pequeña playa.

Prosiguiendo con mi caminata encontré un nuevo cementerio llamado Juan Kohel Westreicher. Con las características del lugar y la estética aldeana se podría filmar una espléndida película de terror.

Cementerio Juan Kohel

De regreso por la noche caigo en el Albergue de Frau Maria Egg (hermana de Andres, del restaurant) quien me da algo de información sobre la zona y los lugares para visitar. Creo que para cualquier viajero que visite pozuzo no solo es una de las mejores opciones para quedarse sino que además tiene la gran ventaja de poder visitar con ella una de las casas típicas más populares de pozuzo, propiedad de la Sra. María.

Quedamos para partir al día siguiente temprano a Palmira, donde se encuentra la reliquia arquitectónica mencionada.

Nelson Mochilero

Creador de mochileros.org y la ruta Sudamérica Austral. Blogger de viajes pionero en Latinoamérica, ganador al mejor blog personal y mejor blog de viajes. Puedes leer más aquí. Ahora en Youtube y en estas redes sociales:

Artículos Relacionados

Te puede interesar:
Cerrar