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De Montañita hacia El balneario de Salinas

Disfruté de Montañita lo suficiente a través de varios días de sol, de lluvia, de calor. Caminando, descansando, mirando, y en un espacio donde conversé conmigo tal vez más de lo necesario. Tal vez hubiera sido más interesante conocer Montañita viajando con el grupo que no fui, con la novia que no tengo o con los amigos que perdí. Pero Montañita no es el lugar que uno busca “para apartarse de todos y estar con uno mismo”. Es un lugar que brilla por su gente y por su atmósfera social. Conocí a unas cuantas personas interesantes y me regocijé en todo lo que pude experimentar, pero no me sentí integrado ni encontré lo que buscaba.

De repente me toca cambiar mis hábitos de viaje. Por mucho tiempo he venido viajando solo porque es el momento en el que más puedo meditar. Pero creo que ya he meditado todo lo necesario y me toca mudar de piel.

Así que como buen peregrino partí de Montañita hacia Salinas.

Inicialmente no tenía planeado quedarme en Salinas ya que no esta entre las sugerencias de los que sugieren. Pero tenía mucha curiosidad de conocer este lugar.

Despidiéndome de Montañita subo a tomar alguna foto desde las alturas pero no consigo nada muy relevante…

Así que terminando de fotografiar todo lo que me interesó, alisto mis cosas y parto con destino hacia Salinas.

En el mismo paradero de llegada a Montañita se toma el bus de retorno hacia LA LIBERTAD. El tranquilo camino con vista de salares y playas hacer corto el viaje.

Inmediatamente bajando del bus hay varios taxis para llegar a SALINAS. La frase mágica es “Al Malecón de Salinas por favor” y por US$3 apareces donde debes estar. El taxi te lleva a lo largo de varios kilómetros que terminan en un paradisiaco balneario en medio de un contraste de panoramas que no podrías imaginar si nunca estuviste antes allí.

También existen buses, pero uno puede perderse, además de tentarse y bajar antes de llegar al malecón por los innumerables carteles de hospedaje que hay por la zona. Mi recomendación es estar en el malecón que es la mejor parte y lo más cerca posible de allí.

Salinas a diferencia de Montañita es una ciudad moderna, un gran balneario con eventos, familias disfrutando del mar, yates, barcos, juegos marinos, pesca y todo un malecón larguísimo lleno de negocios que en la noche iluminan el mar con luces de colores.

Me asombró su similitud con Punta del Este.

Buscar hospedaje improvisado como siempre es una tortura.  Pero es que tampoco no suelo ser de los que llegan a una ciudad con una reserva hecha. Lo único que encontré por internet costaba alrededor de US$50 la noche.

Así que decidí explorar por mí mismo. Lo primero que encontré fue un lugar maltrecho con un billar en la entrada y  una puta en la entrada. La puerta apolillada se caía a pedazos y la bisagra estaba rota. La ventana daba a la calle de modo que la gente que pasaba podía ver hacia adentro por completo. No ventilador, mosquitero ni nada parecido. Un baño compartido con baldes adentro y el piso mojado. Eso si, el señor muy amable que me lo mostro me dijo que me lo dejaba en $10  (???)

Seguí caminando con mis trastes y preguntando unos cinco lugares mas en la avenida inmediatamente paralela al malecón. Increíblemente encontré un hotel que compensaba perfectamente el costo/beneficio. Costaba también US$10, tenía ventilador, baño privado, vista panorámica, televisor, piscina y discoteca. (¿wtf?) Hotel Oro del Mar, Calle 23 y Segunda Av. Tlf 2771334

Tampoco voy a decir que era un lujo, pero por el precio y la ubicación del lugar era bastante, y las habitaciones impecables y limpias.

Finalmente estaba allí, luego de dos horas de viaje, una caminata larga buscando hospedaje y con mucha hambre, sed y calor listo para regocijarme con todo lo que podía ofrecerme este lugar.

Nelson Mochilero

Creador de mochileros.org y la ruta Sudamérica Austral. Blogger de viajes pionero en Latinoamérica, ganador al mejor blog personal y mejor blog de viajes. Puedes leer más aquí. Ahora en Youtube y en estas redes sociales:

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